Una imagen bien llevada.
Ya teniendo IGOR lo bastante fresco como para que nadie esté esperando este álbum lo suficiente, CMIYGL se posa frente a nosotros como un recordatorio de que Tyler ya tiene 11 años dentro de la industria, y que se ha hecho su lugar dentro de la escena mainstream, lo creas o no. Otro alter ego es creado, pero en este caso no es algo tan concreto como nos tenía acostumbrado en Flower Boy o IGOR. Todo el material se concentra y se funde como si fuera un mixtape de bangers, canciones que se pueden sostener tranquilamente por si solas. Lo único que se sostiene conceptualmente es el estilo de producción, el cual cambia constantemente de un bajo ultra saturado, a una batería boom-bap hasta los synth y instrumentación setentera, la cual ha estado explotando desde IGOR, tomando aquí una forma mucho más concentrada y menos estirada, dando la sensación del rayo en la botella. Suena prominente, pero sin rumbo. Siendo un material concentrado en cada canción por separado, dejando de lado el concept